Parece que algo está cambiando en el panorama político, al menos en su estrategia de comunicación. Los líderes de los principales partidos empiezan a decantarse cada vez más por los programas de entretenimiento como una forma diferente de llevar su mensaje al gran público.
Si hasta hace unos años los Informativos y algunos magazines eran los únicos formatos que parecían relacionarse con la política, hoy en día, la línea se extiende hasta entrevistas íntimas con rostros conocidos como Risto Mejide, bailes con Pablo Motos en ‘El Hormiguero‘ o incluso, rocambolescas situaciones con Jesús Calleja en ‘Planeta Calleja‘. Veamos pues, cuáles son los beneficios y peligros que ofrecen algunos de los principales programas de entretenimiento para los rostros políticos.
‘¡Qué tiempo tan feliz!’, un sofá bastante cómodo.
Antonio Carmona, Esperanza Aguirre, Albert Rivera y hasta Pablo Iglesias. Son algunos de los políticos de primera línea que han decidido participar en el programa de fin de semana de Telecinco. ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ -QTTF- ayuda a recorrer la vida de los invitados a través de sus canciones preferidas, una forma muy diferente de conocer la personalidad del líder político.
Pros: La principal ventaja de QTTF es que permite llegar a los espectadores de edad más avanzada, los cuales cumplen un papel fundamental en el voto. El programa, que lleva más de cinco años en emisión, es un continuo canto a la nostalgia y a los tiempos pasados. Por ello, sus televidentes son frecuentemente de un perfil de edad más avanzada.
Contras: Entre canción y canción, la presentadora aprovecha para entrevistar al político que allí se siente. Este diálogo con María Teresa Campos no siempre es tarea fácil. Sus pensamientos van de aquí para allá y el político debe saber salir airoso. Tener algo en común con la conductora del programa -edad, origen andaluz etc.- suele ser un guiño recurrente y útil para conseguir la más amable de las entrevistas.
‘Al rincón’, las preguntas más complicadas.
Al igual que hizo durante el 2014 en las tres temporadas de ‘Viajando con Chester’, en su nuevo programa Risto Mejide sigue recibiendo visitas para sentarse a hablar con algunos personajes de actualidad, entre ellos políticos. El polémico publicista ofrece un registro muy diferente al habitual pero sin perder su esencia. No duda en acorralar al invitado pero intenta que la conversación sea lo más personal posible.
Pros: De una forma u otra, Mejide siempre es capaz de conseguir declaraciones que nunca se habían logrado. Recuerdos de infancia de los invitados, explicaciones que justifican su postura ante determinados temas… Los políticos que con él se sientan saben que se exponen mucho. Sus debilidades pueden quedar al descubierto pero, lejos de ser un problema, esto puede convertirse en una auténtica oportunidad.
Contras: En el extremo negativo quizás destacaría la propia personalidad del entrevistador. Conviene ser inteligente y no alterarse ante preguntas incómodas. El resultado podría ser totalmente perjudicial. El publicista tiene muchos recursos dialécticos que podrían dejar en entredicho la realidad del personaje.
‘Sálvame’, ¿un circo mediático?
El neorrealismo televisivo puede ser sinónimo de telebasura para millones de espectadores pero las cifras son las que son y está claro que el programa de La Fábrica de La Tele ha sabido ganarse un hueco en la audiencia durante sus más de cinco años de existencia. De momento, sólo el líder socialista Pedro Sánchez se ha atrevido a participar directamente con el programa, mediante una llamada en directo en septiembre del año 2014. Este hecho insólito llegó a aparecer en los Informativos de Telecinco.
Pros: Gran repercusión mediática. Para bien o para mal, participar en este programa supone convertirse en el centro de todas las miradas durante varios días.
Contras: Los políticos no deben criticar abiertamente este formato pues, guste o no, representa la afinidad de un sector de la ciudadanía. Quizás eso explica por qué los líderes son cada vez son más educados con las cámaras del programa -cuando se los encuentran en eventos como photocalls-. Si bien Esperanza Aguirre era la única que no rehuía de ellos anteriormente, hoy en día, la mayoría intentan ser lo más amables posible. ¿El motivo? Pocos quieren que personalidades influyentes en el medio como Jorge Javier Vázquez o incluso la amada y odiada Belén Esteban inicien una campaña en su contra a través del programa.
‘El Hormiguero’, el sentido de humor de los políticos.
El programa de Pablo Motos es quizás el que más se acerca al estilo de comunicación que llevan los políticos en Estados Unidos. El país americano explota la faceta personal y el sentido del humor de sus mandatarios a través de entrevistas con juegos, bailes y demás elementos pintorescos. Sin duda ‘El Hormiguero’ es la opción perfecta para demostrar que los líderes de los partidos son personas de carne y hueso capaces de defenderse en entornos menos formales.
Pros: Cristina Cifuentes, Pedro Sánchez, Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Iglesias, Albert Rivera y muchos más. Cada vez es más amplio el volumen de políticos que se atreven con este programa. La audiencia media, que suele superar los dos millones de espectadores, asegura la repercusión mediática de la visita. Además, si el entrevistado se sabe desenvolver con acierto conseguirá generar una ‘normalización’ de su figura.
Contras: Aunque ‘El Hormiguero’ es un programa de humor, hay que ir preparado. Motos también realiza entrevistas a sus invitados para las que conviene dar respuestas claras y firmes. El chiste y la risa están más que aceptados pero una declaración poco afortunada puede generar una oleada de críticas al día siguiente en medios y redes sociales.
‘El Programa de Ana Rosa’, el término medio.
Al igual que ‘Espejo público’, el programa presentado por Ana Rosa Quintana supone la mezcla perfecta entre formalidad e informalidad al estilo que anteriormente podían hacer otros formatos como ‘El Gran Debate’. Aunque en ocasiones traten temas banales o sean criticados por exceso de sensacionalismo, lo cierto es que intentan al menos diferenciar sus secciones más rosas de las informativas.
Pros: Las entrevistas suelen ser de tú a tú, al estilo de cuando se realizan en los informativos de las principales cadenas. En este sentido se convierten en la forma perfecta del político para expandir su mensaje o speech bien preparado.
Contras: El invitado no debe olvidar en el entorno que se encuentra. No está en un mitin sino en una entrevista. Deberá, por tanto, intentar ser contundente y, en la medida de lo posible, mezclar sus declaraciones con algún guiño personal -óptimo para el tipo del público de estos programas-.
‘En la tuya o en la mía’, un cara a cara muy personal.
Se ha convertido en todo un acierto de TVE y merece estar recogido en esta lista. El programa de Bertín Osborne se configura de forma muy similar, en esencia, al de Risto Mejide. Un invitado acude a dialogar con el cantante para mostrar una faceta poco conocida por el amplio público. Su mujer, Fabiola, su hija mayor Alejandra y sus hijos menores también suelen participar en estas emisiones.
Pros: Mostrar fotos del pasado, enseñar tu propia casa, cocinar en compañía de Osborne, tomar un té tranquilamente mientras se charla… Los invitados de este programa pueden mostrarse de forma mucho más natural que en un plató de televisión. El ambiente ayuda, y mucho, para ver la persona que está detrás del personaje. El líder del PSOE, Pedro Sánchez y el presidente del Gobierno Mariano Rajoy ya han aceptado sentarse en el programa.
Contras: No es un programa para hablar de política. Se trata más bien de un formato que intenta mostrar la personalidad de sus invitados y sus vivencias, sin recurrir tanto a las preguntas más problemáticas que, por ejemplo, sí podrían salir en ‘Al rincón’ de Antena 3.
‘Planeta Calleja’, aventura en estado puro.
El programa conducido por Jesús Calleja traslada a sus invitados a paraderos lejanos o lugares más cercanos pero donde tendrán que vivir intrépidas aventuras. Montar en globo, practicar escalada, participar en carreras de vehículos… Cualquier excusa es buena parta subir la adrenalina en Cuatro.
Pros: ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para darte a conocer? Quizás es la premisa básica de este programa que pone a sus invitados al límite, una línea en la que podrán demostrar destrezas físicas, habilidad mental y sentimientos -alegría, risa, empatía, atrevimiento etc.- poco habituales en otros formatos.
Contras: Al igual que ocurre con ‘En la tuya o en la mía’ de TVE, ‘Planeta Calleja’ no es un espacio para hablar de política. Sus protagonistas, cuando son líderes o miembros de partidos, apenas tienen oportunidad para hablar de sus ideales. Se trata más bien de un espacio para mostrar otras facetas.
‘La Sexta Noche’, buen espacio para el debate.
Quizás no es un programa de entretenimiento pero tampoco es un formato informativo al uso. ‘La Sexta Noche’ es un buen espacio para la reflexión, para defender las ideas propias y debatir con los asistentes. Pablo Iglesias era colaborador habitual de este programa hasta la celebración de las elecciones europeas del año 2014. Para muchos, su presencia en los medios fue lo que lo catapultó hacia el éxito político.
Pros: El debate está servido. Periodistas e incluso el público -en algunas secciones- tienen la oportunidad de entrevistar al invitado para poner de manifiesto las cuestiones de actualidad más importantes. El entorno es próspero para mostrar las ideas políticas con un mensaje claro y un lenguaje próximo a las preocupaciones diarias de la gente.
Contras: Su audiencia es más especializada que en otros programas, siendo principalmente un público ya interesando en la política. Esto no es negativo en absoluto pero la diferencia con el resto de programas citados es que los anteriores tienen capacidad para llegar a un perfil de espectadores mucho más amplio.
Conclusión: televisión y política unidos de la mano.
En definitiva, lo que parece una realidad es que la estrategia de comunicación de los políticos está cambiando a ritmo vertiginoso. El tú a tú se hace cada vez más necesario en una era en la que los dirigentes han perdido gran prestigio entre la población.
Sin lugar a dudas, la televisión y, en concreto, los programas de entretenimiento se convierten en una opción muy acertada para llegar al público de una forma mucho más íntima y personal de lo que se venía haciendo habitualmente. Eso sí, ¿creéis que estas estrategias y estas apariciones públicas seguirán existiendo una vez finalizado el período de campaña electoral? ¿Habrá que esperar otros cuatro años para ver a un político en ‘El Hormiguero’ o ‘Planeta Calleja’?